En el mismo lugar donde tomábamos las bolitas de queso de cabra con remolacha, también había unos sandwiches de surimi con pepino en las caras externas. Eran originales y bonitos. No los he vuelto a ver en otro lugar.
Me apetecía hacerlos, pero en lugar de surimi o palitos de cangrejo, he usado pavo y lo que tenía en la nevera.
Como nos ha gustado el resultado, he decidido publicarlo por si te animas a preparlo en casa.
Ingredientes:
200g de pechuga de pavo
1 tomate
1 trocito de apio crudo (como medio tallo, unos 50g)
3 hojas de lechuga
Queso crema
Pepino
Pan de molde
Mahonesa
Pimienta
Sal
Notas:
Puedes usar pollo en lugar de pavo. Y hacerlo a la plancha en lugar de hervirlo.
Puedes utilizar espinacas crudas en lugar de lechuga..¡o ambas a la vez!
Elaboración:
He usado filetes de pechuga de pavo y las cocí un par de minutos aproximadamente con agua, sal, pimienta y un par de clavos de olor. Si las cueces en caldo de verduras o de carne, mucho mejor.
Desmigas las pechugas una vez se han enfriado.
En el mismo recipiente añades el tomate, el apio crudo y la lechuga. Todo picado en brunoise.
Mezclas muy bien con mahonesa. La eché a ojo. Creo que fueron tres cucharadas. Añádela poco a poco para no pasarte.
Salpimentas y dejas reposar la mezcla un mínimo de 8 horas en la nevera. De un día para otro estará mucho mejor.
Untas una de las caras de las rebanadas de pan de molde con queso crema.
Con un pelador de verduras, haces tiras de pepino y las colocas superponiéndolas un poco hasta cubrir todo el queso. Los bordes que sobresalgan de pepino, los cortas con un cuchillo muy bien afilado.
Le das la vuelta al pan y rellenas con la mezcla de pollo.
Cubres con la otra cara a la que también le has untado queso crema y le has colocado tiras de pepino.
Corta en triángulos el sandwich o en rectángulos si te resulta más cómodo.
Notas:
Como ya dije más arriba, puedes cambiar la lechuga por espinacas o usar ambas a la vez. También puedes añadir otras cosas que a ti te gusten y combinen bien. Hay miles de posibilidades.
Vilma es la madre de un compañero de mi hijo pequeño. Es peruana y una tarde de cumpleaños hablamos sobre el ceviche.
Siempre lo he hecho de pescado, incluso de mejillones, pero jamás de pollo y quién mejor que alguien de Perú para contarme como lo hace.
Conseguir algunos de los ingredientes necesarios en mi pueblo era complicado, así que, aprovechando uno de mis viajes a Madrid, busqué por allí, aunque al final no compré nada porque el rocoto y el ají amarillo sólo los tenían congelados y yo no iba preparada para comprar «productos gélidos», además, aquella tarde había como mínimo 42º a la sombra. Y si no, que se lo pregunten a Carmen, dueña y señora de Rezetas de Carmen, que me acompañó. Lo único que compré en el mercado Maravillas, fueron unos pimientos llamados ají monito que pican bastante y son muy pequeños.
Foto tomada con el móvil
Total, que cuando regresé a Puertollano, no me quedó más remedio que aceptar el ofrecimiento de Vilma y usar el rocoto y el ají congelados que ella me dió tan amablemente, pero aquí, las distancias son más cortas y desde su casa a la mía sólo hay 10 minutos en coche y los pimientos llegaron sanos y salvos.
Decir que ella los compra también en Madrid, pero como sabe que los venden congelados, va preparada para que en el viaje no se le descongelen.
El ceviche de pollo es un plato comodísimo de hacer. Ligero, fresco y muy sabroso. La carne queda muy tierna y con una textura bastante agradable. Todo son ventajas y desde luego, a parte de ser plato principal, es perfecto para servir como aperitivo en vasitos individuales.
Como era la primera vez que usaba rocoto y ají, temía pasarme con el picante. Lo tolero bastante bien muy bien, pero pensando en los demás comensales, decidí ser prudente.
Con esto te digo que los ingredientes van a ojo aunque más o menos fueron estas las cantidades con las que pueden comer tres o cuatro personas si no son comilonas aunque si lo vas a presentar en vasitos individuales, te dará para bastantes aperitivos. Ingredientes:
2 pechugas de pollo enteras y limpias (no fileteadas)
Jengibre fresco (una rodajita tan gruesa como dos o tres monedas juntas)
1 cucharita de postre de rocoto picado
1 cucharita de postre de ají amarillo picado
Cilantro (le eché las hojas de 5 ramas)
Sal
Un pellizco de ajinomoto (sazonador más conocido como glutamato monosódico y es opcional)
10 limas (o 12)
1 diente de ajo
1 cebolla morada
Maíz
Patata cocida o boniato cocido
2litros de aguaElaboración:
Pon a calentar el agua con algo de sal mientras picas las pechugas en trocitos tamaño bocado y las echas a un colador.
Cuando el agua esté bien caliente, la viertes sobre la carme.
Esto es para blanquear el pollo.
Lo escurres y lo dejas enfriar.
Entretanto, haces zumo con las limas y añades la sal, el jengibre, el ajo y los pimientos rocoto y ají.
Lo trituras todo muy bien con la batidora hasta que quede un líquido, también llamado leche de tigre, con el que maceraremos la carne de pollo.
Debe cubrir la carne, así que más vale que sobre a que falte. No escatimes con las limas.
Si tienes ajinomoto, es el momento de echarle.
Lo llevas a la nevera y lo dejas macerar media hora o tres cuartos hora como mucho. Si quieres puedes removerlo de vez en cuando.
Mientras tanto cuece las patatas y cuando estén listas, córtalas en rodajas.
Una vez han pasado los 45 o 60 minutos, escurres el pollo y reservas el líquido ya que lo usaremos para regar la carne, las patatas y el maíz.
Vilma me dijo que también se podía beber, pero yo no hice mucho y preferí usarlo todo para aliñar el ceviche.
Para emplatarlo puedes colocar unas hojas de lechuga y sobre ellas, la cebolla morada cortada en juliana o en brunoise, como prefieras.
Sobre la cebolla colocas el pollo y en los lados, lo que hayas elegido para acompañar.
Terminas picando algo de cilantro para espolvorearlo sobre la carne y si quieres, puedes decorar con unas rodajitas de ají. Notas:
Lo suyo es usar rocoto y ají, pero si no los encuentras y te apetece mucho hacer ceviche de pollo, podrías usar un trocito de nuestras guindillas. De esas grandes y rojas que venden frescas en las fruterías.
Si usas cebolla blanca y su sabor es muy fuerte, sumérgela en agua fría mientras el pollo macera.
Vilma, va por ti. Muchas gracias por tu santa paciencia…ya tú sabes. 🙂
¡Ah! Por fin los chicos de Nikon han arreglado mi cámara. Al tercer intento..pero ha merecido la pena. Menos mal.
Creo que es la manera más sabrosa que hay de comer jamoncitos de pollo. Quedan jugosos y muy tiernos y no puede ser más fácil. En casa siempre nos ha gustado mucho esta receta y aprovechando que íbamos a comer, decidí fotografiar los jamoncitos para publicarla (con las correspondientes quejas de mis hijos ya que tenían hambre y no querían esperar a que la sesión de fotos terminase)
Estos jamoncitos son perfectos para acompañar una cervecita o como plato principal.
Y otra ventaja, es que se pueden hacer con antelación y darles un golpe de calor antes de servirlos.
Ten en cuenta que para hacer estos jamoncitos es mejor usar una sartén de hierro o una cacerola. Evita el teflón, ya que puedes estropearlo. Ya verás la razón al final.
Elaboración:
Calienta abundante aceite.
Fríe la guindilla y los ajos. Retíralo cuando estén fritos.
Sala los jamoncitos de pollo y fríelos en ese mismo aceite. Tienen que dorarse muy bien para que cuando terminen de cocer queden bonitos. Tardarás unos 20 minutos aproximadamente.
Cuando estén muy bien dorados, retira casi todo el aceite, dejando un poco que cubra con generosidad el fondo de la sartén o cacerola.
Añade los dos botes de cerveza y cuece los jamoncitos hasta que el caldo reduzca. Tardará aproximadamente otros 20 minutos. Depende de cada cocina, ya sabes.
Rectifica de sal.
Cuando quede poco caldo, retira la carne y con un colador de metal o una espumadera de las que llevan la misma tela metálica que los coladores, remueves la salsa para que ligue. Y si no, como diría una amiga: «saco la batidora y en un momento tengo la salsa ligada»
Por eso dije más arriba que hay que evitar el teflón, ya que con el metal del colador, lo arañarías y lo estropearías.
Una vez que la salsa está bien ligada, la echas sobre los jamoncitos y ¡a comer!
Si quieres, en este último momento, le puedes echar un hilo de miel.
Es de esas recetas que se hacen a ojo y tanto los ajos como la cantidad de guindilla, van a gusto del consumidor, pero bueno, aquí te dejo los ingredientes para que te hagas una idea.
700-800g de jamoncitos de pollo
2 latas de cerveza
Abundante aceite de oliva virgen extra (la cantidad necesaria para freír la carne)
5-6 dientes de ajo
Un trocito de guindilla o varias cayenas (se puede prescindir de ellas si hay niños)
Miel (opcional)
Sal
Si quieres ver otra receta con cerveza, pincha aquí
Va por ti
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