Patatas rejilla y huevas de salmón con crema agria

Las patatas rejilla son sencillas de hacer siempre y cuando tengas la cuchilla en tu mandolina, de lo contrario, tendrás que preparar este aperitivo cortando las patatas en láminas muy finitas. (ver notas al final).

Una vez cortadas, en rejilla o en láminas, conviene sumergir un par de horas las patatas en agua muy fría. Luego tendrás que escurrirlas y secarlas con ayuda de papel absorbente.

El aceite para freírlas ya es cuestión de gustos. Puedes usar un virgen extra o aceite de girasol.

¿Cómo hacer la crema agria? Pues es tan fácil como mezclar los tres ingredientes y batir con un tenedor. Te doy cantidades aproximadas pero tú puedes añadir más limón si la quieres más ácida. Ve probando y déjala a tu gusto. Hazla y resérvala en la nevera mientras las patatas están en el agua soltando almidón.

¡Ah! Y las huevas de salmón puedes sustituirlas por huevas de lumpo. Como siempre digo, las recetas son orientativas y cada uno debe adaptarlas a su gusto.

Ingredientes:

Patatas pequeñas

Huevas de salmón o de lumpo

Eneldo fresco

*Para la crema agria:

200 mL de nata para cocinar (35% MG)

Sal

15 mL de zumo de limón (una cucharada generosa)

Elaboración:

Corta las patatas rejilla con ayuda de una mandolina y fríelas en aceite a temperatura medio-alta. Fríe poca cantidad. Cuando estén casi hechas, sube la temperatura al máximo para que acaben de dorarse y queden crujientes. Si quieres saber cómo hacer unas patatas fritas crujientes haz clic aquí.

Una vez estén bien escurridas, las colocas sobre una fuente y pones sobre cada lámina dos botones de crema agria y algunas huevas.

Terminas agregando un poco de eneldo fresco sobre cada una de ellas. ¡A disfrutar!

Ten en cuenta que las patatas deben estar crujientes por lo que has de comer este aperitivo nada más prepararlo.

Va por ti.

Notas:

  • Si vas con prisas puedes usar patatas fritas de bolsa. Busca unas de buena calidad.
  • La crema agria aguanta unos días en la nevera.

Patatas asadas rellenas y gratinadas. Receta fácil

Para hacer este aperitivo con patatas asadas, debes elegir unas que sean pequeñas de tal modo que puedas comer cada mitad entera de dos bocados.

Hay que servirlas calientes, por eso, si quieres adelantar trabajo, aconsejo hacer sólo los tres primeros pasos que explicaré más adelante, reservar las patatas, si lo deseas, y dejar el gratinado para unos minutos antes de llevarlas a la mesa. Eso si, tampoco tengas 24 horas las patatas a medio hacer..

Es un aperitivo básico y de sabor sencillo al que nadie pondrá pegas.

Para esta receta he utilizado crema fresca o, como dirían algunos, crème fraîche . La encontrarás en el supermercado, cerca de donde está la nata para montar. En Mercadona la venden como nata fresca.

Ingredientes:

8 patatas pequeñas

1 tarrina de nata fresca

Sal

3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra

2 cucharadas de cebollino picado

Sal

Pimienta

Para decorar: huevas de trucha o pimiento rojo seco frito y triturado. Perejil…Lo que se te ocurra.

 

Elaboración:

Lava a conciencia la piel de las patatas. ¿Ya? Vuelve a lavarlas de nuevo, por si acaso… 🙂

1º. Ásalas en el horno durante 40 o 45 minutos. Depende de la variedad de patata. Pínchalas para comprobar que están en su punto.

Una vez se han enfriado, iguala los extremos con un cuchillo para que al apoyarlas no se vuelquen.

Ahora córtalas por la mitad y vacíalas un poco sin acercarte mucho a la piel. No queremos que se rompan. Yo lo hice con una cuchara parisina o sacabolas. Reserva en un plato.

2º. Pincela la la piel con aceite de oliva virgen extra y lleva de nuevo las patatas vaciadas al horno. Colócalas boca abajo y hornéalas unos 10 minutos para que quede crujiente la piel.

Mientras tanto haces un puré con la carne de las patatas, crema fresca, cebollino picado, sal y pimienta.

3º. Una vez están crujientes, coloca las patatas en una fuente y rellénalas con el puré. Si tienes, puedes usar una manga pastelera y si no, puedes hacerlo con cucharita.

4º. Gratínalas hasta que se doren un poco.

5º. Decóralas con lo que se te ocurra. Unas huevas de trucha y perejil, o con pimientos rojos secos fritos y triturados.

Los pimientos secos de la Mancha tienen una carne y un sabor especial. Me gustan mucho pero hay que freírlos con cuidado. Calienta bien el aceite y echa los pimientos. Yo los frío de uno en uno porque hay que darles la vuelta nada más echarlos. 2 segundos por cada lado. Los escurres bien y según se van enfriando en el plato, se van poniendo más y más crujientes. Si te pasas, se queman y amarguean. Para decorar estas patatas, dejé que enfriaran bien y luego los trituré con el mortero. Si te soy sincera, me gustaron más con pimientos que con huevas.

 

Va por ti.

 

 

 

 

 

PATATAS FRITAS CRUJIENTES CON ORÉGANO O PIMENTÓN

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Hacer patatas fritas crujientes y perfectas no tiene ningún misterio.

No es nada del otro mundo, pero ¿a quién no le gustan de este modo?

Yo las frío en aceite a temperatura media-baja y antes de que se doren las aparto del fuego, las escurro y las dejo enfriar.

Subo la temperatura para que el aceite se caliente lo máximo posible y las vuelvo a meter hasta que se doran y quedan crujientes por fuera.

Una vez están tiernas por dentro y crujientes por fuera, las escurro muy bien y les quito el exceso de grasa.

Espolvoreo sal y lo que me apetezca en ese momento. Puede ser orégano, pimentón, pimienta..¡Qué gusto da llenar un cucurucho de patatas fritas y comerlas con algún refresco o un vino o una cervecita fresquita!. Una vez al año no hace daño..

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Y ya está, aunque para que el resultado sea el deseado, la calidad de las patatas debe ser buena. Yo tengo suerte y se las puedo comprar a un hortelano. A veces, cuando voy a su huerta, las saca de la tierra en ese mismo momento y luego me toca secarlas en casa.

Hace tiempo que dejé de comprarlas en las grandes superficies porque siempre se me quemaban por fuera y quedaban blandas y con sabor dulzón, incluso comprando las que supuestamente son para freír, no tenía los mismos resultados que con las patatas que le compro a este hortelano.

Pero como ya he dicho, el truco para tener las patatas fritas perfectas está en freírlas primero a temperatura suave para que se hagan por dentro, y después, a temperatura fuerte, dejándolas enfriar fuera del aceite mientras este se calienta al máximo.

Va por ti.

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