Este pato fue el primero que cobró Pou, el teckel cruzado con podenco que tiene mi hermano. Según él, el perro no es muy bonito pero es un excelente cazador y pasan buenos ratos juntos.
Aquel día estaba cazando en mano perdices a la orilla de un río, cuando de repente, salieron varios patos. Mi hermano le disparó a uno que cayó bastante lejos pero Pou dió con él rápidamente. El perro no es muy grande y a mi hermano le hizo gracia verle con el pato en la boca. Se portó como un campeón. Cobra muy bien las piezas.
Los patos salvajes hay que limpiarlos concienzudamente pues suelen estar muy sucios. Mi hermano lo trajo limpio. Lo peló, le quitó las vísceras y lo lavó muy bien. La única pega que le pongo es que no dejó la piel pero como dice el refrán, a caballo regalado no le mires el diente. Vale su peso en oro aunque ahora que lo pienso, esto es algo que debe venir de familia. No hay más que ver a su hermana jeje.
Bromas a parte y volviendo al ave en cuestión.. lo que no uses para esta receta, puedes congelarlo para hacer un guiso otro día o un arroz con pato, por ejemplo.
Ingredientes:
1 pechuga de pato salvaje deshuesada y limpia
50ml de salsa Worcestershire
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1/2 cucharadita de postre de tabasco o salsa picante
2 cucharadas de ajo morado picado
Una pizca de cucharadita de pimienta negra molida
Perejil picado para espolvorear al final (opcional)
Elaboración:
Mezcla todos los ingredientes e introduce la pechuga en el líquido resultante. Debe quedar bien sumergida.
Espera una media hora como mínimo pero si la dejas toda la noche, tampoco pasa nada.
A más tiempo, más sabor. Yo la tuve dos o tres horas en la nevera.
Una vez marinada, la limpias bien y las haces a la plancha a fuego medio-alto.
En casa gusta poco hecha.
Una vez emplatada, puedes echarle un hilo de aceite de oliva virgen extra.
Como estas pechugas no son muy grandes, las mariné enteras pero también puedes filetearlas. Ahora que lo pienso, tal vez otro día, las marine en filetes…
Puedes acompañarlas con un puré de patatas, una ensalada de escarola con granada y nueces, un carpaccio de champiñones o lo que se te ocurra.
Notas:
No usé sal porque el marinado es potente pero si quieres, una vez emplatado, y a la vez que la riegues con aceite de oliva virgen extra, puedes echarle unos cristales de sal y algo de perejil picado o hierbabuena…
Se me olvidaba. Si le echas un hilo de miel cuando la emplates, también te va a gustar. Pero esto es opcional. Me gusta mezclar dulce con salado. A veces es un acierto.
Si no tienes pato salvaje, puedes sustituir esta carne por pollo o pavo, aunque a lo mejor con conejo también está rico. ¡Probaré!
Va por ti.
Mira que me gusta el pato y tener la oportunidad de comerlo salvaje, aún sin piel (jijiji) es una maravilla. Estaría interesante un gran hermano en una dehesa o en un bosque lleno de gente anti caza, veganos..etc a ver como se las apañaban cuando las tripas rugiesen
Jaja qué bueno eso que dices! Supongo que comerían raíces y brotes tiernos. El hombre caza desde que el mundo existe. Guste o no, es así. Y muchos de esos anticaza, desconocen que un cazador es el mayor amante de la naturaleza y los animales. Respetuoso con el campo. Hay de todo, si. Pero eso ocurre en todas partes.
Que nos metieran a ti y a mi, mientras el resto comen brotes y se mueren de hambre nosotros dándonos panzadas de pato, jabalí, corzo….jijjiijji
Jajaj ya te digo… jaja
Feliz año lo primero y feliz de ver esta receta, se ve con sabor potente y la miel la veo genial para compensar.
La carne se ve de un tierno ummm
bess
Feliz año para ti también.
La carne estaba tierna, si.
Un abrazo