Lo confieso. He estado años sin comer sardinas, pero esa tontería se me ha pasado y ahora me gustan encantan de nuevo.
Este aperitivo lo tomé hace tiempo en un restaurante, y como ya sabes, me gusta intentar hacer en casa algunos de los aperitivos que como fuera.
En esta ocasión lo tenía fácil porque esta receta no tiene mucho secreto.
Ingredientes:
250 g de sardinillas en aceite de oliva
1 cebolleta mediana (usa también el tallo)
12 aceitunas verdes sin hueso
2 patatas grandes
1 o 2 cucharadas de vinagre
4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal
Una cucharadita de café de pimentón de la Vera (dulce o picante, ahí no me meto 😉 )
Cebollino o perejil (no tenía pero le va bien)
Elaboración:
Lava bien las patatas y cuécelas enteras sin pelar.
Una vez cocidas, las pelas y haces un puré con ayuda del chino o con el tenedor.
Añade al puré 3 o 4 sardinillas aplastadas con el tenedor y emulsionadas con aceite de oliva virgen extra, las aceitunas verdes picadas en tiras largas y estrechas, la cebolleta picada en brunoise, una pizca de pimentón, el vinagre, sal y perejil o cebollino… o ambas hierbas si lo prefieres. Le van bien.
Prueba el puré hasta dejarlo a tu gusto añadiendo más del ingrediente que tú creas necesario.
Con dos cucharas soperas forma una quenelle o bola ovalada. Te será fácil hacerla si pasas la masa de una cuchara a otra. Con un par de veces, es suficiente.
Colocas el puré sobre el plato, y encima, una sardina o sardinilla en aceite.
Es un aperitivo muy fácil de hacer, así que, no hay excusa.
Va por ti.