CEBOLLAS RELLENAS DE BONITO

Tenía ganas de hacer cebollas rellenas hace bastante tiempo pero nunca me atrevía. No se por qué razón pensaba que no me iban a gustar, hasta que hace poco, hablé con alguien que las había comido muy ricas en un restaurante de la calle General Perón de Madrid llamado Viavélez, me animé y me puse a hacerlas en casa.

No se cómo eran las cebollas de ese restaurante, yo las he rellenado con lo que me ha parecido bien y me gusta.

Las cantidades las he ido echando a ojo, aunque intentaré dároslas lo más precisas posibles.

Solo hice tres cebollas, pero con la cantidad de salsa que sale, se pueden hacer algunas más.

Creo que son un aperitivo o entrante perfecto.

Ingredientes (los eché a ojo pero más o menos son estos):

3 cebollas medianas (mejor más grandes que pequeñas)
1 pimiento verde
7 tomates naturales maduros
1 latas de bonito en aceite de oliva
1 huevo cocido
3 pimientos del piquillo
2 cucharadas de coñac (también vale vino blanco)
Caldo de jamón o de verduras *ver notas al final
Sal
Pimienta negra
Aceite de oliva virgen extra
1/2 cayena (opcional)

Elaboración:

Ahueca con mucho cuidado las cebollas con un «sacabocados» o cucharilla parisina desde la segunda capa hacia el centro.

Guarda pelada la pequeña «boina» que queda al cortar la parte de arriba de la cebolla.

Por otro lado, pica mucho la cebolla que sobró y la sofríes junto con el pimiento verde también picado en brunoise.

Añade el tomate y si quieres puedes agregar una guindilla. No olvides echar algo de azúcar al tomate para quitarle acidez.

Cuando la salsa esté lista incorpora el huevo duro y los pimientos del piquillo. Todo muy bien picado.

Rellena las cebollas con la salsa y ponles la tapa.

Salpimenta y colócalas en una cazuela con caldo de jamón o de verduras, algo de coñac o vino blanco y un poco del caldo de los pimientos.

Las cebollas deben estar apretadas para que no bailen y el caldo no debe superar su altura.

Se cuecen con el cazo tapado a fuego lento durante una hora y media aproximadamente. Se ve a ojo si las cebollas están tiernas.  No vale la olla expres.

Yo las he tenido listas en poco más de una hora.

Sírvelas calientes con un poquito de la salsa que queda en la cazuela.

Otra opción:  cuando las cebollas estén cocidas del todo, las sacas, les quitas la boina y espolvoreas queso por encima para gratinarlas en el horno hasta que el queso se dore y quede crujiente.

Notas:

Esta receta no admite olla a presión y fuego ni medio ni alto. Sólo lento, porque si no, las cebollas se deshojan.

La única dificultad está en vaciar las cebollas ya que hay que tener cuidado y no romperlas.

El caldo lo eché a ojo.

Importante cocer siempre las cebollas con su «boina» y la cazuela tapada a fuego lento.

Pienso repetir la receta y la próxima vez las gratinaré, aunque así, también estaban riquísimas.

¡Va por ti!

RESTAURANTE EL BODEGÓN DE DAIMIEL. UN LUJO DE SITIO

No pretendo hacer una crítica gastronómica, «ministros tiene la Iglesia…para eso» pero si transmitiros el consejo de, si alguna vez vais por Daimiel (Ciudad Real) no dejéis por ningún motivo ir a comer al Restaurante El Bodegón, un lujo de sitio.

Contaros, que ya sólo al entrar, podréis empezar a disfrutar su decoración en el seno de una antigua bodega y almazara, en la que se han evitado la profusión de objetos viejos y si se han instalado o conservado aquellos que aportaban singularidad y belleza, consiguiendo así un lugar con clase y señorío irrepetible.

¡Qué decir de la bodega del restaurante! En el subsuelo del mísmo y en tres pisos distintos a los que se accede por una preciosa escalera excavada en el propio suelo, en la que, con humedad y temperaturas diferentes, reposan multitud de distintas reseñas y añadas de vinos tintos, blancos, claretes, cavas y espumosos…merece la pena seguir disfrutando al verla.

El restaurante lo regenta Rubén Sánchez-Camacho, uno de los cocineros que forman parte de la Selección Española de Cocina Profesional Asoc. y es su hermano Ramón, quien como sumiller, durante la comida nos llevó por una senda de sensaciones adecuadas a los distintos platos que tomamos bajo sus recomendaciones.
¡Un verdadero crack!

Sus explicaciones y elección de los distintos vinos fueron un festín para los sentidos.

La comida, simplemente sensacional.

Desde el pan, horneado por ellos mísmos, hasta el postre, un exquisito risotto de piñones, para el que me faltan palabras para calificar.

Fue una verdadera excursión por una cocina de autor, de la que La Mancha debe sentirse orgullosa.

Ante nosotros desfilaron una serie de platos de exquisita presentación, formidable textura e inigualable nuevo sabor pero sin perder su genuino paladar, una deliciosa crema de foie con ajo negro, un pulpo frito crujiente en su exterior y pura mantequilla por dentro, un solomillo de gamo asado en su propio jugo pudieron ser los exponentes bandera de esa jornada gastronómica.

Al final, delante de una magnífica taza de una infusión de la casa hecha con frutos rojos y con la presencia de Rubén que vino a saludarnos, compartímos un rato de charla que puso el broche de oro a la comida.

Os repito, en Daimiel, en la calle Luchana, 20. No dejéis si tenéis la oportunidad de visitarlo, que sin duda pasaréis una velada difícil de olvidar.

SOPA DE ESPÁRRAGOS TRIGUEROS CON ALMENDRAS

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Esta sopa la comemos en casa de vez en cuando y la he querido publicar porque se que os va a gustar (a veces se me olvida que esto es un blog de pinchos).

En el blog tengo otra sopa de espárragos trigueros o espárragos verdes. Podéis verla aquí

Tanto esta sopa, como la otra, se hacen en un periquete. Se que si las hacéis, os van a gustar.

Me gustan mucho las dos, pero llevarme a la boca una cucharada de esta sopa una vez he roto el huevo, y la yema se ha mezclado con los ingredientes..mmm

Ingredientes para 4 personas:

300g de espárragos trigueros (si son de campo, mejor)
1 cebolla
3 dientes de ajo de Las Pedroñeras
1 pimiento rojo
12 hebras de azafrán de la Mancha
2 cucharadas de almendras molidas
75g de jamón picado
4 huevos
1l de agua o caldo de carne
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal
Tostones de pan

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Elaboración:

Parte los espárragos con la mano hasta donde dejen de troncharse sin que se deshilachen. Ya sabes que llega un momento en que el tallo no se rompe bien.

Por otro lado y en una cazuela sofríe la cebolla, el ajo y el pimiento rojo. Todo muy muy bien picado.

Muele mucho unas almendras y agrégalas al sofrito cuando esté casi terminado.

Incorpora los espárragos y el jamón picado.

Cuando los espárragos estén tiernos echa el azafrán que previamente has triturado con ayuda de papel no adherente.

Da un par de vueltas y seguidamente vierte el agua o el caldo de carne.

Se deja hervir todo durante 15 o 20 minutos, rectificándolo de sal.

Tres minutos antes de apagar el fuego, puedes escalfar los huevos en la mísma sopa o escalfarlos a parte e incorporárlos a la sopera antes de servirlos.

Si decides escalfarlos a parte, pincha aquí para ver como escalfar huevos sin que salgan hebras.

Pon en la mesa un cuenco con tostones de pan para que cada uno se sirva los que quiera.

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Notas:

También puedes echar el azafrán al agua o caldo y dejarlo infusionar mientras haces el sofrito.

Para triturarlo, coloca las hebras sobre un trozo de papel no adherente, dóblalo y frota con el dedo o con el envés de una chuchara, por ejemplo.

Se tritura y se infusiona para sacar mayor rendimiento.

¡Va por ti!

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