Siempre hago las alitas de pollo de la mísma manera: fritas. Pero esta vez les he dado forma de chupa chups y las he rebozado con patatas fritas y con kikos o quicos.
Y como me gusta mezclar dulce con salado, preparé también una salsa hecha con vinagre de jerez, soja y miel. Ni que decir tiene que los niños prefirieron las alitas sin la salsa, ya sabéis lo que les suele pasar. Eso sí, al menos conseguí que la probasen. Pienso que lo bueno es que vayan descubriendo sabores nuevos aunque al principio no sean de su agrado.
Recuerdo que de niña no me gustaba nada nada nada la miel y ahora soy capaz de comerla a cucharaditas y le echo miel a todo lo que puedo. Suelo sustituírla por azúcar.
Pero bueno, a lo que vamos…
Alitas de pollo
Kikos machacados en el mortero
Una bolsa de Patatas fritas que también machacaréis con el mortero
Aceite de Oliva Virgen Extra
Un cuchillo bien afilado para pelar las alitas
Harina
Huevo
*Para la salsa con soja:
Un chorrito generoso de Vinagre de Jerez
Un chorrito de Salsa de Soja
Una cucharada de miel
*Para la salsa con zumo de naranja:
Zumo de una naranja
Un chorrito de salsa de soja
Una cucharada de miel
Preparación:
Pelamos bien el hueso de las alitas juntando toda la carne en un extremo.
Pasamos las alitas por harina y después por huevo.
Las rebozamos, unas con kikos y otras con patatas firtas.
Se fríen en abundante aceite de oliva virgen extra.
Mientras se fríen, podemos hacer las salsas.
Como ya os he contado más arriba, las he hecho a ojo.
La salsa de soja con vinagre necesita un hervor para que espese un poquito. Echas todos los ingredientes a un cazo y en pocos minutos, la tienes hecha.
La salsa de naranja se hace mezclando los ingredientes en frío.