PATATAS CON CALDILLO

Este plato es típico  de Ciudad Real. Mi abuela lo hacía de vez en cuando.. Es de esas recetas que pasan de generación en generación.  Sabroso  a pesar de la sencillez de los ingredientes. El comino, el pimentón y el ajo morado le dan ese toque tan manchego que tanto me gusta. Y el olor que desprende cuando se cocina…mmmm… ¡sin palabras!

Es una comida que cae muy bien en los fríos días de invierno, cuando te apetece comer algo caliente. De esas que cuando las saboreas, te hacen cerrar los ojos para disfrutar su aroma y su sabor.

Era plato de pastores y labradores.  Comida de subsistencia. Es curioso cómo consiguieron con tan pocas cosas guisos contundentes que alimentaban cuerpo  y espíritu.

Antes de ir con la receta te diré que mi abuela no escatimaba con la sal cuando las hacía .

Espero que te gusten.

Ingredientes:

4 patatas
5 o 6 dientes de ajo morado                                                   1 cucharadita de café de cominos (una pizca)
1/2 cucharadita de postre de pimentón dulce o picante
2 huevos
Sal
Aceite de Oliva Virgen Extra

Preparación:

Pela las patatas y córtalas igual que para la tortilla, es decir, en rodajas finitas.

Échalas a una sartén grandecita con un chorrito generoso de aceite y sofríelas bien.

Mientras tanto en un mortero, machaca los cominos y los ajos a los que les has quitado el germen.

Cuando las patatas estén algo doradas, añade el pimentón, da una vuelta y enseguida incorpora el majado del mortero.

Echa aproximadamente un litro de agua.

Rectifica de sal y deja cocer.

Cuando las patatas estén blandas agrega los huevos a la sartén y rómpelos con una cuchara aunque también puedes batirlos antes de añadirlos.

Rectifica de sal y sirve bien caliente.

Consejo:

A mi personalmente me gusta más con el pimentón picante, pero le echo dulce por los niños. Admite también mitad y mitad, agridulce…

Hay quien las acompaña con pimientos secos fritos y la verdad es que le va de maravilla. Se limpian de pepitas, se les echa sal por dentro y se fríen tres segundos por cada lado en aceite muy caliente. Tres segundos. No más porque se queman y amarguean. Se ponen crujientes según se enfrían en el plato.

El huevo se puede echar entero y dejarlo cuajar. Yo lo rompo porque así se hacía en casa de mis abuelos.

En cuanto a los ajos, depende del gusto de cada persona. En casa nos gusta mucho el sabor que deja el ajo en esta comida. Por eso, suelo echarle unos 5 o 6 dientes de ajo.

Es un plato económico que merece la pena probar.

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